lunes, 30 de junio de 2014

EL BUDISMO ZEN

Cuando el Budismo Zen llegó al Japón, encontró a un pueblo cuya ocupación habitual era la guerra: guerras civiles, violencias, espoliaciones, masacres, deportaciones, separaciones, eran desde el norte hasta el sur del país, la suerte común de los japoneses de está época. El genio del Zen transformó las tecnicas brutales de la guerra en artes que no se preocupaban mucho de la eficacia guerrera sino de la búsqueda de sí mismo. Todas estas técnicas se convertieron en método de perfeccionamiento espiritual. El sable, el arco y las flechas ya no eran instrumentos de muerte, sino soportes de méditación. Este combate se volvió un combate puramente espiritual, el enemigo fue descubierto en sí mismo, en las ilusiones del ego que nos impiden ver nuestra verdadera naturaleza y a las que hay que destruir sin piedad. Bajo esta maravillosa influencia, nació el Bushido, conjunto de principios morales, código de honor, disciplina caballeresca que recomienda la cultura de cualidades físicas y morales, el coraje, la simplicidad y la frugalidad, la lealtad y la justicia, el desinterés y el menosprecio de la muerte. Tanto y tan bien que el Zen fue llamado "La Religión de los Samurais".

Aparentes u ocultos, se encuentran todos estos elementos en las artes marciales modernas...
Sea cual sea el arte que practiquéis, sea cual sea la manera de practicarle, siguiendo cada uno su temperamento, no podéis impedir que un día u otro encontréis el Zen...El Zen puede ayudarnos en esta lucha de todos los instantes que es la vida moderna, y permitirnos encontrar este equilibrio físico y moral que tan ávidamente busca el hombre moderno.

Un día, desde la cima de un premontorio, un hombre veía el mar por primera vez en su vida."¡Qué bello y qué grande!", decía con el aliento cortado.

"¡Y eso que no ves más que la superficie!", le dijó su amigo.

El Zen y mi maestro Taisen Deshimaru me han enseñado a ver algo más que la superficie del mar, algo más que el exterior del mundo, algo más que la apariencia del hombre, algo más que las técnicas de artes marciales. Ellos me han enseñado a encontrar a través de su ruda educación...el verdadero sentido de las artes marciales y el verdadero sentido de la vida.


Doctor Claude Durix - Paris 1977
3 Dan en Judo, Kendo, Iaïdo y Aïkido