jueves, 28 de abril de 2011

La dictatura de nuestros nervios

Me acuerdo muy bien como he sufrido en el año1962 durante mis primeros examenes de la primera candidatura a la universidad de Gent (Gante) en Belgica. Mi miedo del fracaso era tan fuerte que tenía diarrea antes de entrar en los despachos de mis profesores. ¿Cual era el resultado? Que me han suspendido por 4 examenes porque no podía pensar ni hablar normalmente. Tán grande era la dictatura de mis nervios que como estudiante joven estuvo totalmente bloqueado.
Pero almenos he aprendido algo de ésta lección porque después, controlando mis nervios y mi miedo del fracaso he podido pasar todos los examenes sin problemas.
Mucho más tarde he descubierto que para adquirir cualquier cosa en el universo físico (como por ejemplo un buen resultado durante examenes) es preciso renunciar al apego de esa misma cosa.
Lo sé que podría ser difícil para entender y aceptar,  pero no es imposible de abandonar nuestro apego al resultado de algo que queremos hacer.
Todo lo que deseamos lo podemos adquirir a través del desapego, pues el desapego se basa en la fe sin reparos en el poder de nuestro YO Verdadero.
El apego, por su parte, se base en el miedo y en la inseguridad; y la necesidad de seguridad se basa en la falta de conocimiento de nuestro YO Verdadero.
La fuente de todo en el mundo físico es nuestro YO; es la conciencia que sabe satisfacer todas nuestras necesidades.
Todo lo demás es un símbolo: los coches, las casas, el dinero, la ropa, las joyas, las motocicletas, los cinturones negros, etc... son símbolos.
Los símbolos son transitorios: es decir que van y vienen y que seguramente no podremos llevarlos a los campos elíseos.
Perseguir los símbolos es como conformarse con un plano en lugar del verdadero terreno.
Así se genera angustia; acabamos sintiéndonos huecos y vacíos, porque cambiamos nuestro YO por los SÍMBOLOS de nuestro YO Verdadero.
El apego procede de la conciencia de la pobreza, porque siempre se dirige a símbolos.
Con el apego somos las victimas de la desesperanza, del miedo, de las necesidades mundanas, de las preocupaciones triviales y de la desesperación, que son los rasgos característicos de la existencia diaria mediocre y de la conciencia de la pobreza.
El propio apego al dinero es señal de inseguridad. Podemos decir: "Cuando tenga XX milliones estaré seguro." Pero nunca sucede así. La búsqueda de la seguridad es una ilusión porque es un apego a lo conocido. Y ¿qué es lo conocido? Lo conocido es nuestro pasado. Lo conocido no es otra cosa que la cárcel del condicionamiento pasado. En ello no hay ninguna evolución. No hay ninguna vida.
Cuando aprendemos a desapegarnos, respetamos las fuerzas de la Naturaleza, lo cual significa que también respetamos los cambios en nuestra propia vida.
Para poder cambiar nuestra propia vida tenemos que aprender el idioma de la Naturaleza.
Y el idioma de la Naturaleza es el silencio. El mismo silencio se encuentro dentro de nuestro YO Verdadero.
No podemos escuchar la voz de la Naturaleza cuando estámos gritando (en el vestuario), cuando conducimos un coche bacalao o cuando estamos sumergidos en un entorno ruidoso de la telebasura.
Durante el ritual del saludo al maestro, por ejemplo antes de empezar con una clase, hacemos unos momentos de MOKUSO, es decir de meditación. El MOKUSO nos ofrece la oportunidad de desapegarnos de todo lo que se encuentra fuera del Dojo. Con éste estado de ánimo de desapego podemos entrar en el lugar sagrado del Dojo; podemos prepararnos emocionalmente para poder empezar con la práctica de artes marciales.
Es una buena idea de reservarse cada dia una veintena de minutos por un MOKUSO privado. A través de nuestro mokuso privado podemos aprender a escuchar la voz de nuestro alma. Con las enseñanzas de nuestro alma podemos aprender lo que es el desapego. Es decir que podremos romper la dictatura del miedo y de los nervios.
¿Que piensas de todo ésto?

Un abrazo de Bruno