miércoles, 6 de julio de 2011

lunes, 4 de julio de 2011

¿Que mascara?

¿Detrás de que máscara está escondido tu verdadero Yo?
Es mi opinión que nuestra sociedad es un gran teatro.
No desde ayer pero desde yá mucho tiempo. En el siglo 17 el escritor holandés Joost van den Vondel decía yá que: "El mundo es un gran teatro en lo cual cada uno de nosotros tiene su papel".
Al haber sido educados (y domesticados o condicionados) para comportarnos y actuar de una determinada manera, en vez de mostrarnos auténticos, honestos y libres - siendo coherentes con lo que en realidad somos y sentimos - solemos llevar una máscara puesta y con ella interpretamos a un personaje que es del agrado de los demás. (Parte de mi domesticación personal era la mascara del buen chico obediente: "Cuando estás docíl, bueno y obediente, te amo mucho!")
Si vivir bajo una máscara nos permite sentirnos más cómodo y seguros, con el tiempo la factura que tenemos que pagar es estar desconectados de nuestra verdadera esencia. Y en algunos casos, de tanto llevar una máscara puesta, nos olvidamos de quiénes éramos antes de ponérnosla.

¿Como estás?

A pesar del malestar generalizado, solemos priorizar el "cómo nos ven" al "cómo nos sentimos".
Tanto es así que para muchos la pregunta de cortesía ¿Cómo estás? supone todo una molestia. La mayoría nos limitamos a contestar mecánicamente:"Bien, gracias". Y en caso de no poder escaquearnos, ensiguida redirigimos la conversación hacia cualquier charla banal. Es decir, la utilizamos para fingir que nos estamos comunicando, cuando en realidad lo único que estamos haciendo es llenar con palabras vacias un potencial silencio incómodo.
En éste contexto social ocultamos nuestras miserias y frustraciones tras una fachada artificial que tiene que seducir e impresionar a los demás. La paradoja es que cuanto más intentamos aparentar y deslumbrar, más revelamos nuestras carencias, inseguridades y complejos ocultos.

Lo que piensa la gente.

De hecho, ¿quien es la gente?
Nuestro entorno y nuestra red de relaciones es nada más que un espejismo. Trabajando en España como encantador de perros y adiestrador de seres humanos he aprendido el dicho: El perro es el reflejo del dueño/dueña. Pero no unicamente en los perros pero tambien en cada ser humano vemos reflejado nuestra propia humanidad. Los demás son espejos que nos muestran lo que tenemos y lo que nos falta.

Seguir nuestra voz interior.

Pero, si nuestras relaciones se sustentan sobre este juego de espejos y proyecciones, ¿por qué fingimos?
Seguramente por nuestra falta de confianza y autoestima.
Para cultivar una sana relación de amistad con nosotros mismos, lo que necesitamos es modificar la manera en la que nos comunicamos con nosotros mismos a través de nuestros pensamientos y sentimientos.
En la organización internacional que se llama El Proyecto de la Humanidad (The ManKindProject) he aprendido como descrubrir mis verdaderos sentimientos dentro de lo más profundo de mi verdadero Yo.
He aprendido como aceptar, respetar y amar el ser humano que soy, con mis cualidades, virtudes, defectos y debilidades. He aprendido a escuchar mi voz interior pero tambien a entender por qué tanta gente prefiere hacer ruido para no escuchar su propio vacío.
Encontrandome en un circulo de guerreros nuevos de la MKP me permite de estar presente sin máscara. Es lo que me permite de ser "autentico" y de convertirme (poco a poco) en el verdadero ser humano que soy. Lo que es, para mi, un acto verdaderamente revolucionario.

Un abrazo de Bruno