lunes, 13 de mayo de 2013

El Tao de los Líderes de Lao-Tse

Hace unas semanas mi hermano del circulo de hombres que se llama Gunter, me ha dado un libro entitulado "El Tao de los Líderes". Quiero compartir con mis compañeras y compañeros de las artes marciales unos consejos del autor del libro que se llama Lao-Tse.

El Tao Te-King de Lao-Tse es uno de los libres sapienciales más amados de China. Fue dirigido originalmente al sabio y prudente político del siglo quinto a.c. Hasta nosotros ha llegado como un clásico de la literatura mundial y muchos de los dichos de Lao-Tse nos resultan ya familiares.
Por ejemplo:"Un viaje de mil millas comienza con el primer paso", y tambien "Un buen liderato consiste en hacer menos y ser más".
En el capitulo 28 he leido esto sobre "Un guerrero, un Curandero y Tao"......

El líder puede actuar como un guerrero o como un curandero.
Como guerrero, el líder actúa con poder y decisión. Este es el Yang o aspecto masculino del líder.
Casi siempre, sin embargo, el líder actúa como curandero y se encuentra en un estado abierto, receptivo y nutritivo. Este es el Ying o aspecto feminino del líder. Esta mezcla de hacer y ser, de guerrero y curandero, es a la vez productiva y potente.
Hay un tercer aspecto del líder: Tao.
Periódicamente, el líder se aparta del grupo y vuelve al silencio, vuelve a Dios.
Ser, hacer, ser....y luego Tao.
Me aparto para vaciarme de lo ocurrido, para volver a llenar mi espíritu......
El líder que sabe cuándo escuchar, cuándo actuar y cuándo apartarse, puede trabajar eficazmente con cualquiera.

Escribiendo hace más de 25 siglos Lao-Tse decía en el capitulo 53 sobre el materialismo....

El líder sabio lleva una vida callada y meditativa. Pero la mayoría de la gente se ocupa en adquirir más y más posesiones. La senda callada lleva a una existencia más consciente. La senda bulliciosa crea un exagerado materialismo. Una mayor conciencia lleva hacia Dios y hacia el sentido de la unidad de la Creación. Pero el exceso de consumo sólo es posible mediante la explotación de los demás.

¿Y en que senda estamos nosotros 25 siglos más tarde?

Un abrazo de Bruno