sábado, 30 de marzo de 2013

Dos Caminos

Mi intención es de vivir cada dia como un auténtico guerrero espiritual, dedicado a destruir.....................
cualquier ignorancia que impida la expresión de mi verdadero YO. Lo sé que por ser un guerrero hay que saber lo que es la cobardía. A veces soy un cobarde y a veces un guerrero lleno de valor. De todas formas es una manera profunda de preguntarse "¿Estoy siendo fiel a mí mismo?"
Hay maestros que dicen que existen dos caminos en la vida: el de la sabiduría y el de la ignorancia. El camino de la sabiduría consiste en conocer mi "YO". El camino de la ignorancia consiste en perseguir el placer. Dado que nace de los sentidos, el placer es temporal, y todo aquello que es temporal cae bajo el dominio de la muerte. Pero el YO es la luz de la inmortalidad. Brilla eternamente. Pocos son lo suficientemente sabios para ver esa luz, incluso a pesar de que está en ellos mismos y en ninguna otra parte. El YO no es otra cosa que la luz de mí alma.
La combinación de la practica de las artes marciales y el trabajo espiritual en un circulo de hombres me ayuda mucho cuando quiero ser fiel a mí mismo.
¿Que camino eliges tu?

Un abrazo de Bruno

jueves, 28 de marzo de 2013

Un relato Sufí

¿Has leido mi articulo sobre nuestra sombra?
¿No?
No pasa nada.
Mira, te doy unos ejemplos.
La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedo ser valeroso si no tengo un cobarde en mi interior; no puedo ser generoso si no tengo un tacaño y no puedo ser virtuoso si no hay en mi interior la capacidad para actuar con maldad.
"Los demás" son para mi un espejo de mi mismo.

Hay un maravilloso relato Sufí que ilustra la manera en que este espejo influye en nuestras vidas.
Un hombre llegó a un pueblo y fue a ver el maestro sufí, el anciano sabio de la localidad. El visitante dijo:
- Estoy considerando mudarme aquí. Me preguntaba qué clase de vecindario es éste. ¿Puede decirme cómo son las personas de aquí?
- Dime qué clase de personas vivían en el lugar de donde vienes - dijo el maestro sufí.
- Oh, eran salteadores, estafadores y embusteros.
- ¿Sabes algo? Ésa es exactamente la clase de personas que viven aquí.
El visitante se fue y nunca volvió.
Media hora después, otro hombre entró al pueblo, busco al maestro sufí y le dijo:
- Estoy pensando en mudarme para acá. ¿Puede decirme qué clase de personas viven aquí?
- Dime qué clase de personas que vivían en el lugar de donde vienes - volvió a responder el maestro.
- Oh, eran las personas más amables, dulces, compasivas y afectuosas. ¡Los voy a extrañar muchísimo!
- Esa es exactamente la clase de personas que vive aqui,  dijo el maestro.

Esta historia nos recuerda que las caracteristicas que distinguimos mas claramente en los demas estan presentes en nosotros.

Un abrazo de Bruno